Consiente Cámara a su burocracia

Gana en San Lázaro el secretario general más que legisladores, según cifras oficiales

Por Claudia Salazar

Ciudad de México (30 de septiembre de 2007).- La Cámara de Diputados tiene 539 funcionarios de mandos medios superiores que cuestan al erario 500.7 millones de pesos al año.

Esta burocracia legislativa prácticamente significa que hay un alto funcionario por cada uno de los 500 diputados de la Cámara.

Las plazas administrativas de alto rango gozan de sueldos base, compensaciones garantizadas, despensa y vales, más aportaciones al ISSSTE, al Fovissste, al Sistema de Ahorro para el Retiro y para el Ahorro Solidario, así como seguros de vida y de separación individualizada.

Además, reciben primas vacacional y dominical, gratificación de fin de año y aportaciones al seguro de gastos médicos mayores.

Un informe de la Dirección General de Recursos Humanos de la Cámara da cuenta de los ingresos reales de los mandos superiores en las áreas administrativas y parlamentarias, pues en la página de internet sólo informa de los salarios netos y no brutos.

Por ejemplo, el secretario general, Guillermo Haro Bélchez, es el servidor público con mayores ingresos, por encima incluso que los diputados.

La página de transparencia de la Cámara reporta para este funcionario ingresos mensuales por 148 mil 367 pesos netos.

De acuerdo con el informe de Recursos Humanos, Haro Bélchez, tiene percepciones mensuales por 245 mil 32 pesos.

Como sueldo base tiene 39 mil 992 pesos, pero por compensación garantizada recibe cuatro veces más, es decir, 167 mil 951 pesos, y sus ingresos aumentan por la serie de aportaciones y beneficios antes citados.

En la Cámara de Diputados cerca de 80 servidores públicos tienen sueldos y percepciones por arriba de los 100 mil pesos.

Los diputados perciben mensualmente más de 148 mil pesos. Su dieta es de 76 mil 915 pesos, más 44 mil pesos de asistencia legislativa y 27 mil 665 pesos de atención ciudadana, la cual se debe destinar para la instalación de oficinas en sus distritos.

El portal de transparencia de la Cámara sólo da cuenta de las percepciones mínimas y máximas de los empleados administrativos, sin precisar cuántos son en total.

Para Jefe de Departamento, las percepciones son mínimo 18 mil 363.90 pesos y máximo 30 mil 610 pesos; subdirector, 31 mil 119 pesos y 49 mil 782 pesos; director de área, 51 mil 199 y 79 mil 733 pesos, y director general 86 mil 617 y 112 mil 634 pesos.

De acuerdo con el directorio de la Cámara de Diputados, hay una Secretaría General, una Secretaría de Servicios Administrativos y Financieros y otra Secretaría de Servicios Parlamentarios, además de una Coordinación de Comunicación Social.

Además de tener registradas alrededor de 13 direcciones generales y 17 direcciones.

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Son sólo apoyo y ganan más que diputados

El secretario general, Guillermo Haro Bélchez, es el mejor pagado ya que recibe más de $2 millones 861 mil al año, sin considerar impuestos

Por Claudia Salazar

Ciudad de México (30 septiembre 2007).- Si los diputados federales gozan de buenos ingresos, los funcionarios que administran San Lázaro los superan.

El secretario general de la Cámara baja, Guillermo Haro Bélchez, es el mejor pagado con más de 209 mil pesos al mes.

Los secretarios de Servicios Parlamentarios, Emilio Suárez Licona, y de Servicios Administrativos y Financieros, Rodolfo Noble San Román, tienen ingresos cada uno por más de 180 mil pesos mensuales.

Por su parte, lo diputados perciben mensualmente 148 mil 580 pesos.

Su dieta es de 76 mil 915 pesos, más 44 mil pesos de asistencia legislativa y 27 mil 665 pesos de atención ciudadana, que por lo general deben usar para oficinas externas.

Un informe de la Dirección General de Recursos Humanos de la Cámara, en poder de REFORMA, da cuenta de los ingresos reales de los mandos superiores en las áreas administrativas y parlamentarias, pues en la página de internet, el órgano legislativo sólo informa de los salarios netos y no brutos.

De acuerdo con el informe de Recursos Humanos, Haro tiene un sueldo mensual base de 39 mil 992 pesos, pero tan sólo por compensación garantizada recibe 167 mil 951 más cada mes, además de otras prestaciones.

En total, el funcionario mejor pagado de la Cámara de Diputados recibe al año 2 millones 861 mil pesos, sin considerar el pago de impuestos.

Los secretarios Suárez Licona y Noble San Román tienen un sueldo base de 36 mil 257 pesos, y por compensación garantizada obtienen 143 mil 815 pesos adicionales, entre otras prestaciones. Al año, sus percepciones brutas suman más de 2 millones de pesos.

Haro se desempeña como secretario general desde diciembre de 2004; Noble San Román está en su cargo desde septiembre de 2003, y Suárez Licona desde abril de 2006.

Sus nombramientos se dan por un acuerdo de los coordinadores legislativos y el presidente en turno de la Cámara, y sus ingresos son establecidos por la Junta de Coordinación Política.

Especialistas en estudios de compensación, consultados por REFORMA, consideraron que el sueldo del Director Administrativo del Congreso debería ser de unos de 130 mil pesos totales.

El cálculo lo realizaron sobre la base de que su trabajo consiste en manejar gastos y sueldos de no más de 500 personas, y no requiere experiencia en áreas como fiscal, ventas, exportaciones o finanzas.

El presidente del Comité de Administración de la Cámara baja, el panista Martín López Cisneros, indicó que la situación de los salarios de los mandos superiores está a revisión para la integración del próximo Presupuesto de 2008.

"Se están analizando ajustes en ese rubro, hay una revisión para poder tener un presupuesto racional, austero, eficiente y transparente, pero no es un hecho que pueda haber una reducción en las percepciones de los funcionarios de la Cámara", indicó el legislador.

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¿Y de quién es la Nación?

Luis González de Alba

En México el suelo, el subsuelo, el aire, las aguas y el espacio pertenecen, por ley, a la Nación (que nuestros constituyentes escriben con mayúscula para que inspire respeto). El artículo 27 de la Constitución así lo dice de forma tan meticulosa que pierde precisión y más bien llama a risa. ¿Y qué es la Nación? ¡No lo explicita! Vaya olvido. La primera aparición de esa palabra se da en el Artículo 2º.- La Nación Mexicana es única e indivisible. La Nación tiene una composición multicultural... bla, bla.

No lo dice nuestra Constitución, pero todo diccionario le da al término “nación” al menos dos acepciones: 1. Todos los habitantes de un país. 2. El territorio de ese país. Así que el texto del Artículo 27 resulta chistosísimo y profundamente estúpido: “La propiedad de las tierras y aguas [...] corresponde originariamente a la Nación.” Si sustituimos el término indefinido por su definición tenemos 1) Una redundancia: las tierras, aguas y espacio de México son propiedad original de todos los habitantes de México. O 2) Una ridiculez: el territorio es propiedad del territorio.

Como el territorio no ha mostrado sus escrituras de propiedad y la población tampoco, los diputados decidieron que la Nación es propiedad de los diputados. Y sanseacabó. La nación ha sido privatizada por 500 inútiles que no saben siquiera pensar, hablar y escribir correctamente. Estos amos y señores generosamente otorgan “concesiones” a la ciudadanía en algunos y muy restringidos casos.

Exactamente igual que con los textos declarados divinos, y cuya procedencia divina se prueba porque el mismo texto lo dice, así las propiedades de la nación son del gobierno porque así lo dicta la interpretación que hacen del texto constitucional. Y a callar.

Desde la reforma al artículo 27 en tiempos de Salinas, la tierra ya pertenece a quien posee la escritura correspondiente. Pero es tan reciente esa “ciudadanización” de la propiedad que, como la del IFE, está a merced de los aires que soplen en el Congreso.

La regulación del Estado es imprescindible en todo lo que hace a evitar conflictos entre particulares. Pero una cosa es regular, poner orden en el espacio o en los suelos, y otra declarar que son concesiones que “la Nación”, o sea los gobernantes, otorgan graciosamente a sus vasallos. La nación somos todos, territorio incluido, y lo que es de todos no es de nadie. Así que, para asignar diversas bandas del espectro electromagnético, o las aguas de un río, los gobernantes deben 1. Poner orden entre los solicitantes, y 2. Cobrar por el uso de aquello que es de todos. Suponerle a la nación propiedades cuyo dominio transmite a los particulares es un disparate, bueno para ocultar que son del gobierno.

Moños, moños y más moños

“Sólo si se investiga a Fox habrá presupuesto para 2008”, afirman diputados del PRI y PRD. No señores: revisar y en su caso modificar el presupuesto para entregarlo aprobado es una obligación legal señalada sin dejar dudas en el Artículo 74 de la Constitución. No hacerlo debería ser, en un sistema de poderes bien equilibrados, causal para disolver el Congreso y llamar a nuevas elecciones.

Como los niños díscolos, nuestros congresistas condicionan lo que no es condicionable: las minirreformas fiscales van si y sólo si decapitamos un organismo autónomo, el IFE. Hay presupuesto si investigamos a Fox.

Sin duda, debe investigarse la remodelación del rancho del ex presidente: ¿cuánto se hizo por la visita de Bush? ¿Cuánto con recursos legítimos? ¿Hubo mal uso de recursos públicos? Debe aclararse.

Pero el texto constitucional es preciso: “Artículo 74.- Son facultades exclusivas de la Cámara de Diputados [...] IV.- Examinar, discutir y aprobar anualmente el Presupuesto de Egresos de la Federación [...] Sólo se podrá ampliar el plazo de presentación de la iniciativa de Ley de Ingresos y del Proyecto de Presupuesto de Egresos, así como de la Cuenta Pública cuando medie solicitud del Ejecutivo suficientemente justificada a juicio de la Cámara o de la Comisión Permanente [...].

Es de notarse que el constituyente únicamente pensó en que el presidente pudiera faltar a su obligación. Jamás le pasó por la sesera que la propia Cámara de Diputados se negara a desahogar lo referente al Presupuesto de Egresos. ¿Por qué habría de hacer tal cosa? Se pudieron preguntar los constituyentes de otros tiempos que no previeron las zancadillas de hoy. Pues nomás por joder.

Luis González de Alba - 643