Sunday, September 27, 2009

Enanos del Congreso


Ricardo Alemán
Itinerario Político
27 de septiembre de 2009

Enanos del Congreso

Cuando los partidos representantes de la derecha y la izquierda llegaron de manera importante a la Cámara de Diputados —de manera especial en las legislaturas 53, 54 y 55—, también llegaron a la llamada casa del pueblo no sólo torrentes de ideas frescas y contundentes, sino borbotones de críticas inteligentes y brillantes esgrimas discursivos

Ya no mandan las ideas y el talento
Sino el insulto, bajeza y difamación

Cuando los partidos representantes de la derecha y la izquierda llegaron de manera importante a la Cámara de Diputados —de manera especial en las legislaturas 53, 54 y 55—, también llegaron a la llamada casa del pueblo no sólo torrentes de ideas frescas y contundentes, sino borbotones de críticas inteligentes y brillantes esgrimas discursivos.

La izquierda y la derecha partidistas convirtieron a la Cámara de Diputados —en aquellas legislaturas—, en campo de batalla de las ideas, en donde tribunos como Heberto Castillo, Eduardo Valle, Pablo Gómez, Rolando Cordera, Pablo Pascual Moncayo, Ricardo Pascoe… —y muchos otros de izquierda y derecha—, protagonizaban memorables debates con lo más granado del PRI, partido único, autoritario, nada democrático, al que derrotaban en el terreno del debate y las ideas parlamentarias.

Enfermos de odio

El insulto era eso, una ofensa a la inteligencia, al recinto, a la concepción misma de parlamento y debate. Y es que aquellos eran, claro, tiempos de oposición real —no de comediantes llevados al Congreso—, en donde el aire era cortado por el filo de las ideas, argumentos irrebatibles, el dato duro y la crítica certera. No había espacio entre los opositores de la izquierda y la derecha para el vómito de adjetivos, insultos, bajezas y difamación.

Viene a cuento el tema porque la nueva legislatura de la Cámara de Diputados —la 61—, ha dado muestras de estar a años luz de la brillantez alcanzada antaño por diputados de izquierda y derecha. ¿Qué pasó? ¿Por qué hoy entre la derecha y la izquierda —y claro, también entre el PRI—, parece no haber espacio para las ideas, los argumentos y datos duros, la crítica inteligente y por ello demoledora?

Hoy en el Congreso en general, pero en la Cámara de Diputados en especial, reinan el adjetivo fácil y vulgar, la difamación, el insulto soez, la mentira y la calumnia. Y todo amparado en “el fuero” legislativo; patente de impunidad para enfermos de odio incapaces de generar ideas, y menos de confrontarlas y defenderlas con talento. ¿Qué esperan que respondan a su vómito de odio, caudal de insultos y difamación, ya no los comparecientes del gabinete presidencial, sino los mortales que ven y escuchan ese espectáculo denigrante y ofensivo que —por si fuera poco—, nos cuesta miles de millones? ¿Para eso llegaron a la Cámara? ¿Para eso les pagamos?

¿DE QUÉ NOS SIRVEN?

Ese es el problema de fondo. Que un puñado de fanáticos de AMLO, de locuaces del PRI e irresponsables y delirantes del PAN, han convertido la Cámara de Diputados en arena para dirimir sus odios y frustraciones, sus resentimientos sociales, su concepción vulgar y enana de la política… pretenden que la Cámara de Diputados sea el gran reflector para escalar las alturas de la popularidad. Y claro no lo hacer por los peldaños de las ideas, el talento, el conocimiento y la congruencia.

No, las armas legislativas de los opositores de hoy no son las ideas, los argumentos, el dato duro, la inteligencia en el esgrima verbal, sino el insulto vulgar, la difamación, el infundio, la mentira; el vómito de odio delirante que escupen fanáticos del “mesías”, como los Noroña, Muñoz Ledo, Jaime Cárdenas —lamentable que por una curul haya llegado a esos niveles de abyección el otrora consejero del IFE—, azules como Javier Corral y tricolores como Navarrete Prida. Entre muchos otros que denigran la representación popular, el Congreso y al Estado mismo.

¿De qué nos sirven a los ciudadanos esos enanos del tapanco, enanos del Congreso, como Noroña, Muñoz Ledo, Jaime Cárdenas, Javier Corral y Navarrete Prida? El momento político, la crisis económica, los millones de desempleados y víctimas del crimen reclaman políticos, no comediantes de la política; estadistas, no fanáticos y enfermos de odio…

OTROS SEÑORES FEUDALES.

Está claro que es mucho pedir, que los milagros no existen. Pero la opinión pública sí puede poner un alto a los comediantes del poder. ¿Cómo? Con el rechazo y la sanción a esos políticos partidos y hombres del poder.

Y es que convertidos en los otros señores feudales —los primeros son los gobernadores—, los líderes nacionales de PAN, PRD y PRI, y sus legisladores, parecen empeñados en mostrar la esquizofrenia que los ha atrapado. Díganlo si no las siguientes perlas.

Mientras que PRI, PAN y PRD se ponen de acuerdo para beneficiarse de la designación del nuevo titular de la PGR, azules y amarillos pactan una alianza contranatura en Oaxaca, para debilitar y tirar a los tricolores de esa entidad. Pero al mismo tiempo, los impulsores de esa alianza —el legítimo y su claque—, crucifican a los responsables del gabinete presidencial, en ese inservible y ofensivo espectáculo llamado “Glosa del Informe”, que mejor debía llamarse “Glosa de Odios”.

¿Alguien entendió algo?

En realidad ninguno de los tres grandes partidos cuenta con un proyecto real y definido sobre el país que quiere. Sus grupos, tribus, sectores y gobiernos se mueven de acuerdo a las circunstancias y, sobre todo, al interés de sus dueños. Sí, porque además de los gobernadores, los partidos también tienen a sus señores feudales. ¿Y los ciudadanos? ¡Que es eso! ¡A quien le importa!

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