Saturday, April 14, 2007

La semana que fue

Felipe Díaz Garza

De acuerdo con un reporte publicado en estos periódicos el 13 de abril, la Cámara de Diputados tiene un promedio de 13 trabajadores por cada uno de los 500 legisladores, lo que arroja un saldo de 6 mil 500 anotados en la nómina. No podemos llamarles trabajadores a todos porque, según reveló el 25 de marzo una investigación periodística anterior, hasta mil de esas personas son "aviadores", lo que quiere decir que cobran en la Cámara pero no trabajan en la Cámara, con un costo para el erario de 7.5 millones de pesos al mes o más.

Muchos de ellos son trabajadores sindicalizados, que al cambio de régimen son retirados de su trabajo pero no de la nómina, en la que permanecerán sin trabajar hasta la consumación de los trienios legislativos. Esto último además de millones de pesos en bonos, prestaciones extras y días económicos que reciben los empleados sindicalizados, que no necesariamente trabajadores, de los tampoco trabajadores diputados.

Otra revelación periodística de esta semana, publicada el 12 de abril, tiene que ver con los 7 millones 250 mil pesos que la honorable legislatura actual ha gastado en pasajes, muchos de ellos de primera clase, para 587 viajes de los diputados a destinos en América Latina, América del Norte, Europa, Asia y Africa. Destaca por su ingeniosa logística el viaje a París de 22 diputados de la Comisión de Hacienda.

Los comisionados viajaron a París a un encuentro sobre reforma fiscal con expertos de la OCDE, que se realizó del 24 al 29 de marzo, lo que permitió conectar su viaje, extendiendo el aterrizaje final, con la Semana Santa de principios de abril y, quizás adelantando el despegue inicial, con el asueto del natalicio de Juárez, celebrado ahora el 19 de marzo, aunque para no abusar demasiado, los viajeros partieron a la ciudad luz el 24 de marzo.

La información periodística también destaca que los 7 millones 250 mil pesos sólo reflejan el gasto en pasajes de los 587 viajes, pero la cifra de ninguna manera incluye lo pagado por los contribuyentes por hospedaje, alimentación y demás servicios de entretenimiento para los representantes populares.

Estas novedades en el gasto de los diputados en nuestra representación se sumaron a 350 millones de pesos que los coordinadores de los ocho partidos acreditados en la Cámara repartieron a los suyos a discreción, o sin la menor discreción, pues este periódico bien que se enteró. Los líderes del PRI y del PRD repartieron directamente a sus legisladores 49.4 y 65.9 millones de pesos respectivamente, para "apoyo directo", y compraron, entre otras cosas, automóviles y cajas de chocolates.

El líder legislativo panista, Héctor Larios, estaba antier muy enojado con los 30 "traidores" de su bancada que, vía memorando, le pidieron que regresara a la tesorería de la Cámara los 86 mil 900 pesos que, a cada uno de ellos y a todos sus compañeros diputados panistas "no traidores", les mandó depositar en sus cuentas personales, que se dice que provienen del gasto remanente de 2006. Lo de "traidores" es porque el memorando fue escrito prácticamente con copia a Reforma y como tal publicado, lo que encolerizó al repartidor líder panista, que ahora seguramente repartirá su venganza.

Quizás estos hallazgos periodísticos no serían tan relevantes si no se hubieran producido justamente la misma semana en que, el 11 de abril, la secretaria de Desarrollo Social, Beatriz Zavala, reconoció que al menos el 47 por ciento de todos los mexicanos vive en situación de pobreza. La funcionaria compareció ante las Comisiones de Desarrollo Social y de Desarrollo Urbano del Senado, ante las que detalló que 18.2 por ciento de la población vive en situación de pobreza lacerante, que es aquella en la que no se tiene acceso a alimentos indispensables para el crecimiento de las capacidades humanas.

La mitad de todos los mexicanos es pobre, y dos de cada cinco de esos pobres viven en condiciones infrahumanas. Eso sucede en el mismo país cuyos representantes populares, los diputados al Congreso de la Unión, se despachan con la cuchara grande viajes en primera clase, vacaciones en París, reparto de "utilidades", sueldos y prestaciones del primer mundo, burócratas de cuello blanco y servidumbre de librea y hasta burócratas y servidumbre que no emplean y que no sirven, pero a los que se les paga porque es una conquista sindical o porque son "cuadros del partido".

Aproximadamente 50 millones de mexicanos padecen pobreza; aproximadamente 20 millones de ellos padecen pobreza extrema, como le decíamos antes de Calderón a la pobreza infrahumana, mientras 500 zánganos que se dicen representantes de esos 50 millones de pobres los representan en el desquite, obteniendo para ellos nada más una redención que no extienden a sus representados, que se queda sólo en ellos, en sus manos bien cuidadas y en sus panzas aventureras. Cuando mucho extienden los beneficios de su representación a sus cómplices, los 5 mil 500 cómplices que trabajan y los mil que son sus aviadores en la Cámara.

Habrá cínicos que digan que se ataca la pobreza representativamente a través de los diputados y sus empleados pagados de más, de mucho más. Pero la equidad y la justicia distributiva no se alcanzan en la representatividad; el dispendio representativo sólo produce la iniquidad, la más perversa iniquidad, la iniquidad germinadora de revoluciones de la que esta semana dieron cuenta detallada estos periódicos.

Correo electrónico: diazgarza@gmail.com

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Fecha de publicación: 14-Abr-2007

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